Luce ideal en primavera, da rollazo en otoño y en invierno parece recién salido de la peluquería. Pero cuando llega el verano el flequillo entra en modo drama. Sudor, humedad, cremas solares y algún chapuzón inesperado pueden convertir ese corte tan chic en un amasijorebelde sin forma ni volumen. ¿Te suena? Tranquila, no estás sola: el flequillo en verano es una aventura capilar que todas hemos vivido (y sufrido).
Pero no hay por qué renunciar a él. Con algunos trucos sencillos (y muy eficaces), puedes mantener tu flequillo limpio, fresco y con estilo incluso en los días más calurosos. Porque sí, amiga, tener flequillo en estos meses de calor y salir digna en las fotos de vacaciones es posible. Solo necesitas aliados, costumbres inteligentes y un poquito de planificación beauty.
Tu flequillo suele ser lo primero que se ensucia, sobre todo en verano. La buena noticia es que no necesitas lavarte toda la melena. Puedes mojar solo esa parte en el lavabo con un poquito de champú suave, o usar un difusor de agua y un secador rápido. Te llevará dos minutos y parecerá recién salido de la ducha, sin tener que meterte en ella.
Sabemos que da gusto colocarlo, moverlo o apartarlo de los ojos, pero tus manos tienen grasa, sudor, y restos de cremas o maquillaje que acaban en tu pelo. Tocar el flequillo cada poco no solo lo ensucia, también lo apelmaza. Cuanto menos lo manipules, más tiempo aguantará fresco y con volumen.
El champú seco es tu mejor aliado si tienes flequillo en verano. Absorbe la grasa, aporta volumen y refresca el look en segundos sin necesidad de agua. Llévalo en tamaño mini en el bolso para emergencias capilares. Solo un toque en las raíces y tu flequillo vuelve a la vida. Ideal para esos días de calor intenso o planes improvisados.
No todos los flequillos aguantan igual el verano. Si vives en zona húmeda o sudas mucho, opta por uno más desfilado o ligero. Deja pasar el aire, se despega de la frente y no se apelmaza. Habla con tu peluquero y elige un corte práctico y favorecedor. Un buen diseño puede ahorrarte muchos disgustos en días de calor extremo.
Después de ducharte o bañarte, el flequillo necesita un secado rápido. Si lo dejas mojado, perderá la forma y quedará pegado a la frente. Usa una toalla suave o el secador en aire frío para devolverle estilo. Son solo unos segundos que marcan la diferencia. Así evitas que se seque raro o coja formas imposibles de domar.
El sudor en la frente es el peor enemigo de un flequillo limpio. Las toallitas matificantes eliminan el brillo y el sebo sin dañar la piel. Llévalas contigo y úsalas a lo largo del día cuando notes humedad. Al mantener la frente seca, el pelo se ensucia mucho menos. Un truco simple que hace maravillas con tu look diario.
Proteger tu piel del sol es clave, pero cuida cómo y dónde aplicas la crema. Algunas fórmulas demasiado grasas terminan impregnando el flequillo. Opta por versiones oil-free, en gel o stick, y evita la raíz del cabello. Así frenas el temido efecto pegajoso y apelmazado. El equilibrio entre cuidado solar y pelo limpio sí existe.
Cuando estés en casa, dale un respiro a tu flequillo. Sujétalo con una pinza o cinta y deja que la piel de la frente respire. Evitarás que se ensucie con el sudor, el maquillaje o los vapores del baño y la cocina. Además, descansarás de llevarlo encima todo el día. Un pequeño gesto que alarga su frescura y mantiene su forma.
Un cepillo de dientes nuevo sirve para peinar el flequillo con precisión. Rocíalo con un poco de laca ligera y acomoda los pelitos rebeldes. Es ideal para fijar sin apelmazar y evitar ese efecto casco tan poco favorecedor. Úsalo también para dar un último toque antes de salir, es un truco top quete hará la vida mucho más fácil.
Mover la raya un poco cada cierto tiempo ayuda a que el flequillo respire y se mantenga perfecto por más tiempo. Si es abierto o ladeado, cambiarlo de lado evita que se ensucie siempre en el mismo punto. También aporta volumen y frescura al look sin esfuerzo. Solo necesitas un peine y unos segundos de retoque frente al espejo.
El calor del secador o la plancha puede dañar tu flequillo, sobre todo si ya está expuesto al sol. Déjalo secar al aire cuando puedas y usa aire templado si necesitas moldearlo. Aplícate siempre protector térmico, aunque solo sea en el flequillo. Así evitarás encrespamiento y rotura en una zona tan delicada.
Por último, cuando no puedas lavarlo con champú, pasa un algodón con agua micelar por la raíz del flequillo. Elimina impurezas y restos de grasa sin resecar ni apelmazar el cabello. Es un gesto rápido y efectivo para refrescarlo al instante. Ideal para llevar en el bolso y usar cuando estés fuera de casa. Así tu flequillo siempre luce limpio y natural.